sábado, 2 de octubre de 2010

Dias extraños


Su amigo estaba bastante extrañado por un sueño ("tan vívido", dijo) que mezclaba cosas reales a imposibles, de hoy y de hace 20 años, y de algo que parecía el futuro.

- Porqué te sorprendés?, si en tu inconsciente el tiempo es un parámetro más que puede retorcer a voluntad...

- Me sorprendo -respondió mirando fijo el terrón de azúcar en la cuchara - porque anoche aún no sabía que a mi hermano le habían pegado esos mismos dos tiros en esa misma calle, en ese mismo hospital.

Esta es casi la misma clase de misterio que la mera existencia de un amigo ambateño de familia de chapas, capaz de aguantar un chance o diez, que sorprende tarareando con un acento caribeño algo tan pampeano como:

La sangre tiene razones
que hacen engordar las venas.
Pena sobre pena y pena
hacen que uno pegue el grito.
La arena es un puñadito
pero hay montañas de arena.


mientras va llenando el Dewar con Helio líquido.

viernes, 27 de agosto de 2010


Un estratega militar del antiguo oriente decía que si te enfrentas a una gran montaña, o te opones al enemigo de espaldas a ésta, es probable que no puedas regar tu jardín al día siguiente. Típico 'advise' de un chino de la época, que tenían esa costumbre de mandar una de éstas (generalmente junto con otras quince mil doscientas) y dejarla picando durante siete siglos. Algo así como 'the ultimate' códice.

miércoles, 25 de agosto de 2010

Discurso

El discurso que vi anoche de la presidente de Argentina, Cristina Fernández, ha sido un discurso memorable. Memorable por su forma-contenido pero sobre todo insólito en el contexto de la clase política argentina actual. Desde el punto de vista de las formas, una clase magistral sobre un problema de muchas aristas judiciales, que fue simplificado por la presidenta (simplificar manteniendo rigurosidad es la base de la didáctica) para que cualquier ciudadano no-especialista (es decir la inmensa mayoría) lo entendiera. A ver, alguien podría nombrar 3 representantes políticos (cualesquiera) actuales capaces de dar un discurso de 70 minutos aprox, denso en datos e hilvanado de esta forma? No sobre esto. Sobre cualquier cosa. Hagan abstracción del tema (político) y supongan cualquier otro asunto. Encontraron a alguien? Yo no.
De las formas también, impresiona (y aunque esta vez tenia fajos de papeles en su atril) el volumen de datos que internaliza y maneja con naturalidad: cifras, nombres, lugares, personas. Desde una perspectiva de alguien que da clases, seminarios y charlas, estimo esa capacidad como muy superior a la media política, incluso por arriba de la media que se observa en circuitos científicos y universitarios (no solo en argentina, claro).
En definitiva, tal vez haya sido uno de los discursos presidenciales de mayor calidad institucional de las ultimas (muchas) décadas. No obstantes un par de derrapes del tipo comentario chicanero, o bien la inclusión de una historia tipo Alberto Migré al final, por parte de la presidente, no altera mucho el balance general.

EL contenido del discurso es otro tema, un tema que seguro generará las típicas adhesiones a favor/en contra con la virulencia que caracteriza la toma de posiciones respecto del actual gobierno argentino. Algo bastante notable para quien vivió la muerte térmica de la política allá por la decada del '90.
Y por lo que veo desde esta lejana península lo que vaya a ocurrir en términos políticos es una incógnita, y tampoco estoy seguro que pase lo que pase constituya algún punto de inflexión en la vida nacional. Tal vez a largo plazo determine ciertas relaciones de poder, pero se verá. Y justamente esas relaciones de poder no se perciben en la calle, y mucho menos si la calle no es de la Capital, isomorfismo del país como sabe todo buen porteño. De modo que el tema pasa lejos de la preocupación general, digamos. Veremos dijo el ciego...

Discurso aquí


lunes, 12 de julio de 2010


Leemos:

"Hay definiciones que son remanidas y no por eso menos precisas. Una de ellas es que, a veces, basta con ver quiénes se paran en una vereda para saber que lo mejor, o lo menos malo, es cruzar la calle. Para protegerse, aunque sea."

Aunque se refiere a disquisiciones del ambito político, esta misma observación tendría un alcance más general, por no decir universal que parece medio exagerado.
La nota completa,aquí.